Garantizar que al menos el 70 % del maíz utilizado provenga de productores locales, impulsando la economía regional y preservando la biodiversidad del maíz criollo.

Sustituir progresivamente el maíz transgénico por variedades criollas o nativas, fortaleciendo la seguridad alimentaria y la salud del consumidor.

mplementar empaques biodegradables o reciclables en un 100 % para 2030, reduciendo el impacto ambiental de nuestros productos.

 Reducir el desperdicio de maíz y subproductos en un 10 % anual, mediante programas de aprovechamiento y compostaje.

Desarrollar alianzas con instituciones educativas y comunidades locales para promover la investigación, capacitación y difusión de prácticas sostenibles relacionadas con el maíz criollo.